-Las historias de amor no se buscan. Simplemente ocurren. Solo hace falta estar en el momento adecuado con la persona perfecta. Le miras a los ojos mientras comienza a sonar en tu mente aquella canción que te recuerda a él y sin darte cuenta te encuentras a apenas dos centímetros de su boca, respirando cada aliento, dejando que te atraviese con la mirada y sintiendo como su corazón se sincroniza con el tuyo para latir a la vez. Y el volumen de la canción empieza a bajar... hasta que desaparece. Entonces ocurre. Agarra con infinita delicadeza tu cara con sus manos, te seca las lágrimas y por una vez te sientes completa. Ya no hay canciones en tu mente, no hay vergüenza, no hay temor ni inseguridad. Sólo está él, envolviéndote, besándote con ternura, cerrando los ojos para conservar ese momento y revivirlo cada vez que los vuelva a cerrar. Y es ahí, justo ahí cuando te das cuenta de las cosas. Te das cuenta de que no podrías pasar sin esos momentos, que tu mejor canción son sus latidos, que ese olor se ha transformado en una droga, que solo con él te sientes completa, que estás enamorada. Simplemente lo sabes. No lo dudas ni un instante. Y cuando se va... oh cuando se va... ahí sí que estás segura de lo enamorada que estás.
-Y ¿por qué?
-Porque tooooodo lo que habías pensado después de ese beso se está cumpliendo. Que no podrías pasar sin esos momentos, que tu mejor canción son sus latidos, que ese olor se ha transformado en una droga, que solo con él te sientes completa, que estás enamorada.
viernes, 29 de junio de 2012
martes, 26 de junio de 2012
Pintalabios rojo y ganas de tenerte a mi lado.
Eres tan jodidamente perfecto que las mariposas que viven dentro de mi estómago se devoran unas a otras cuando te vas.
.jpg)
-Todo fue muy bonito, pero las cosas buenas acaban pronto.
-No te suelto un guantazo ahora mismo porque sé que eso de hablar nunca fue lo tuyo. Tú dices que las cosas buenas acaban pronto. ¿Verdad? Pues entonces te diré que lo nuestro nunca fue bueno, que yo no soy buena y tú tampoco, que el amor que sientes por mi tampoco lo es. Todo será malo para que no acabe nunca, lo prometo, solo para que no acabe. Sabes que te necesito y te necesitaría aunque no fueses nada bueno, aunque fueses lo peor.
4:00 am
Es entonces cuando vas andando sin rumbo, cuando te sientes perdida por las calles de aquella ciudad, y mires donde mires volverán a tu memoria recuerdos medio muertos que vagan por aquellos bancos donde os solíais sentar, aquellos parques donde os comíais a besos, aquellos rincones donde te juró amor eterno.
De repente miras hacia aquel portal y te encuentras con una persona fumando y te quedas como embobada mirando como se disipa aquel humo, como si fuese su amor. Te miras al espejo y a penas te reconoces con la cara negra por el puto rimmel, que no para de mancharte toda la cara acompañado de unas lágrimas suicidas que se tiran por tus ojos.
De repente miras hacia aquel portal y te encuentras con una persona fumando y te quedas como embobada mirando como se disipa aquel humo, como si fuese su amor. Te miras al espejo y a penas te reconoces con la cara negra por el puto rimmel, que no para de mancharte toda la cara acompañado de unas lágrimas suicidas que se tiran por tus ojos.
Te piensas que todo volverá a ser como antes, que puedes volver atrás y decirle las cosas claras, ¡que le necesitas, joder! Pero te quedas mirando aquel cigarro sostenido en unos dedos con unas uñas medio pintadas de un rojo intenso y descubres que se está acabando. El humo se disipa y el cigarro va desapareciendo poco a poco, consumiéndose... como tu vida, esperando que tu humo vaya hacia atrás hasta aquel momento en el que le dijiste tu último " te quiero ".
lunes, 25 de junio de 2012
off
Salí corriendo atravesando todo el bosque, noté como mi respiración se aceleraba y mi corazón latía frenéticamente como intentando huir de mi pecho, sabía perfectamente que se avecinaba lo inminente, que por mucho que corriese, siempre terminaría alcanzándome, pero hay veces que aunque sepas lo que va a pasar, aunque no tengas nada que hacer para que no suceda, sigues luchando.
Y entonces es cuando una corriente eléctrica recorre mi cuerpo y hace que mis piernas se muevan frenéticamente, como intentando salirse de mi cuerpo y salir corriendo ellas solas. En ese momento me da igual saber dónde estoy o hacia dónde voy. Cualquier sitio era más seguro que aquel.
Pero entonces paré en seco. Giré la cabeza hacia la izquierda y hacia la derecha, lentamente, como si tuviese miedo de hacer un solo ruido que delatase mi presencia. Anochecía.
Anochecía en la parte más frondosa y la más alejada de aquel bosque cuando me di cuenta de la situación. Dos horas corriendo hasta que dejar mis músculos entumecidos, y una sensación agotadora en el cuerpo, me di cuenta de lo que ocurría. Volvía a estar en el mismo lugar. Los mismos árboles, las mismas piedras, el mismo suelo, era todo igual. Y es que realmente, no había avanzado.
Todo empezó a darme vueltas. Me sentía derrotada, ya nada tenía sentido. Sentí el peso de la atmósfera sobre mis hombros y dejé que me sucumbiese la oscuridad, tumbándome en el suelo húmedo.
Dejé que la paz de aquel lugar me invadiese hasta que lo oí. Esa respiración costosa en mi oído y el olor ácido a limones.
Abrí los ojos y la boca enormemente para poder chillar hasta quedarme afónica aunque ya era demasiado tarde.
El chillido que estaba dispuesta a soltar apenas sonó como un murmullo apagado.
Y entonces es cuando una corriente eléctrica recorre mi cuerpo y hace que mis piernas se muevan frenéticamente, como intentando salirse de mi cuerpo y salir corriendo ellas solas. En ese momento me da igual saber dónde estoy o hacia dónde voy. Cualquier sitio era más seguro que aquel.
Pero entonces paré en seco. Giré la cabeza hacia la izquierda y hacia la derecha, lentamente, como si tuviese miedo de hacer un solo ruido que delatase mi presencia. Anochecía.
Anochecía en la parte más frondosa y la más alejada de aquel bosque cuando me di cuenta de la situación. Dos horas corriendo hasta que dejar mis músculos entumecidos, y una sensación agotadora en el cuerpo, me di cuenta de lo que ocurría. Volvía a estar en el mismo lugar. Los mismos árboles, las mismas piedras, el mismo suelo, era todo igual. Y es que realmente, no había avanzado.
Todo empezó a darme vueltas. Me sentía derrotada, ya nada tenía sentido. Sentí el peso de la atmósfera sobre mis hombros y dejé que me sucumbiese la oscuridad, tumbándome en el suelo húmedo.
Dejé que la paz de aquel lugar me invadiese hasta que lo oí. Esa respiración costosa en mi oído y el olor ácido a limones.
Abrí los ojos y la boca enormemente para poder chillar hasta quedarme afónica aunque ya era demasiado tarde.
El chillido que estaba dispuesta a soltar apenas sonó como un murmullo apagado.
domingo, 24 de junio de 2012
Improvisando.
Pensó que sería mejor alejarse para no sentir, que esto del amor era como un vínculo físico, que si se alejaba lo suficiente, se rompería. Que si lo dejaba pasar y no le decía que le quería, no podría hacerle daño como todos los demás. Que si no se tiraba a la piscina, no tenía riesgo de que estuviese vacía.


Lo cierto es que lo suyo nunca fue pensar. Para eso estaba él, que la complementaba, la llenaba, la envolvía en su propia esencia. Y por supuesto, no la iba a dejar ahora, volvería a pensar por los dos una vez más, le explicaría que esto del amor puede salir bien.
jueves, 21 de junio de 2012
Feliz ilusa.
.jpg)
lunes, 18 de junio de 2012
Devastador.

Al oír aquella voz tan conocida y querida levantó la vista, aún con lágrimas en aquellos ojos verdes, intensos y apenas pudo decir un "él" que se quedó flotando en el aire.
-¿Cómo?
-Ha pasado él. Y ha sido como un terremoto en mi vida, ¿sabes? Él... Él y su manía de ser tan perfecto.
Contestó esta vez con más fuerza, aunque con su voz aún quebrada por una angustia y una tristeza provocada por un amor
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Dulce locura.
