miércoles, 18 de mayo de 2016

lo que tengo, lo que tú ya sabes


De recuerdos inconclusos me alimento
en una prisión 
que no deja pasar el aire. 
De sueños de esos que aparecen
inevitablemente cuando cierras los ojos,
y no se van jamás.
Llegó a descifrar mi mirada alguna vez.
Puede, que llegase incluso a amarla.
Sin embargo, el pasado, pasado está.
Y los sueños, sueños son.
Y esa sonrisa que me basta,
quedó reservada para otras gentes, 
y ese beso que no da, 
queda en el tintero 
abrazando las palabras que nunca te dije.
Las que nunca quisiste escuchar.

Dulce locura.

Dulce locura.