viernes, 29 de junio de 2012

"No expreséis emociones que no sentís"

-Las historias de amor no se buscan. Simplemente ocurren. Solo hace falta estar en el momento adecuado con la persona perfecta. Le miras a los ojos mientras comienza a sonar en tu mente aquella canción que te recuerda a él y sin darte cuenta te encuentras a apenas dos centímetros de su boca, respirando cada aliento, dejando que te atraviese con la mirada y sintiendo como su corazón se sincroniza con el tuyo para latir a la vez. Y el volumen de la canción empieza a bajar... hasta que desaparece. Entonces ocurre. Agarra con infinita delicadeza tu cara con sus manos, te seca las lágrimas y por una vez te sientes completa. Ya no hay canciones en tu mente, no hay vergüenza, no hay temor ni inseguridad. Sólo está él, envolviéndote, besándote con ternura, cerrando los ojos para conservar ese momento y revivirlo cada vez que los vuelva a cerrar. Y es ahí, justo ahí cuando te das cuenta de las cosas. Te das cuenta de que no podrías pasar sin esos momentos, que tu mejor canción son sus latidos, que ese olor se ha transformado en una droga, que solo con él te sientes completa, que estás enamorada. Simplemente lo sabes. No lo dudas ni un instante. Y cuando se va... oh cuando se va... ahí sí que estás segura de lo enamorada que estás. 
-Y ¿por qué?
-Porque tooooodo lo que habías pensado después de ese beso se está cumpliendo. Que no podrías pasar sin esos momentos, que tu mejor canción son sus latidos, que ese olor se ha transformado en una droga, que solo con él te sientes completa, que estás enamorada.

martes, 26 de junio de 2012

Pintalabios rojo y ganas de tenerte a mi lado.

Eres tan jodidamente perfecto que las mariposas que viven dentro de mi estómago se devoran unas a otras cuando te vas.

-¿Pero qué mierda quieres que haga? ¿Acaso es mi culpa? Si cuando sonríes me tiempla hasta el alma, joder. Sabes de sobra que vivo a medias desde hace mucho tiempo, tiempo en el que no estás, tiempo en el que no me despierto con el "buenos días mi vida" de todas las putas mañanas a tu lado, tiempo en el que ya ni el café sabe igual, y se enfría antes, mucho antes. Tiempo en el que te he echado de menos cada día, cada hora, cada segundo que no has estado junto a mi, envolviéndome, aniquilándome con tu olor como si fuese un pesticida.
-Todo fue muy bonito, pero las cosas buenas acaban pronto.
-No te suelto un guantazo ahora mismo porque sé que eso de hablar nunca fue lo tuyo. Tú dices que las cosas buenas acaban pronto. ¿Verdad? Pues entonces te diré que lo nuestro nunca fue bueno, que yo no soy buena y tú tampoco, que el amor que sientes por mi tampoco lo es. Todo será malo para que no acabe nunca, lo prometo, solo para que no acabe. Sabes que te necesito y te necesitaría aunque no fueses nada bueno, aunque fueses lo peor. 



4:00 am

 Es entonces cuando vas andando sin rumbo, cuando te sientes perdida por las calles de aquella ciudad, y mires donde mires volverán a tu memoria recuerdos medio muertos que vagan por aquellos bancos donde os solíais sentar, aquellos parques donde os comíais a besos, aquellos rincones donde te juró amor eterno.
De repente miras hacia aquel portal y te encuentras con una persona fumando y te quedas como embobada mirando como se disipa aquel humo, como si fuese su amor. Te miras al espejo y a penas te reconoces con la cara negra por el puto rimmel, que no para de mancharte toda la cara acompañado de unas lágrimas suicidas que se tiran por tus ojos. 
Te piensas que todo volverá a ser como antes, que puedes volver atrás y decirle las cosas claras, ¡que le necesitas, joder! Pero te quedas mirando aquel cigarro sostenido en unos dedos con unas uñas medio pintadas de un rojo intenso y descubres que se está acabando. El humo se disipa y el cigarro va desapareciendo poco a poco, consumiéndose... como tu vida, esperando que tu humo vaya hacia atrás hasta aquel momento en el que le dijiste tu último " te quiero ". 

lunes, 25 de junio de 2012

off

Salí corriendo atravesando todo el bosque, noté como mi respiración se aceleraba y mi corazón latía frenéticamente como intentando huir de mi pecho, sabía perfectamente que se avecinaba lo inminente, que por mucho que corriese, siempre terminaría alcanzándome, pero hay veces que aunque sepas lo que va a pasar, aunque no tengas nada que hacer para que no suceda, sigues luchando.
Y entonces es cuando una corriente eléctrica recorre mi cuerpo y hace que mis piernas se muevan frenéticamente, como intentando salirse de mi cuerpo y salir corriendo ellas solas. En ese momento me da igual saber dónde estoy o hacia dónde voy. Cualquier sitio era más seguro que aquel.
Pero entonces paré en seco. Giré la cabeza hacia la izquierda y hacia la derecha, lentamente, como si tuviese miedo de hacer un solo ruido que delatase mi presencia. Anochecía.
Anochecía en la parte más frondosa y la más alejada de aquel bosque cuando me di cuenta de la situación. Dos horas corriendo hasta que dejar mis músculos entumecidos, y una sensación agotadora en el cuerpo, me di cuenta de lo que ocurría. Volvía a estar en el mismo lugar. Los mismos árboles, las mismas piedras, el mismo suelo, era todo igual. Y es que realmente, no había avanzado.
Todo empezó a darme vueltas. Me sentía derrotada, ya nada tenía sentido. Sentí el peso de la atmósfera sobre mis hombros y dejé que me sucumbiese la oscuridad, tumbándome en el suelo húmedo.
Dejé que la paz de aquel  lugar me invadiese hasta que lo oí. Esa respiración costosa en mi oído y el olor ácido a limones.
Abrí los ojos y la boca enormemente para poder chillar hasta quedarme afónica aunque ya era demasiado tarde.
El chillido que estaba dispuesta a soltar apenas sonó como un murmullo apagado.

domingo, 24 de junio de 2012

Improvisando.

Pensó que sería mejor alejarse para no sentir, que esto del amor era como un vínculo físico, que si se alejaba lo suficiente, se rompería. Que si lo dejaba pasar y no le decía que le quería, no podría hacerle daño como todos los demás. Que si no se tiraba a la piscina, no tenía riesgo de que estuviese vacía. 




Lo cierto es que lo suyo nunca fue pensar. Para eso estaba él, que la complementaba, la llenaba, la envolvía en su propia esencia. Y por supuesto, no la iba a dejar ahora, volvería a pensar por los dos una vez más, le explicaría que esto del amor puede salir bien.

jueves, 21 de junio de 2012

Feliz ilusa.

Entonces esa noche levanté la vista y pude observar con los ojos aún encharcados de lágrimas y ese nudo en la garganta estrangulándome una única estrella que brillaba radiante en aquel cielo oscuro que podía ver tras la ventana de mi habitación. Y después de llorar dos horas seguidas, sonreí. Sonreí porque me recordó a nosotros, ¿sabes? No me preguntes el porqué, pero me empeñaba a pensar que esa única y preciosa estrella que estaba sobre mi en ese preciso instante guardaba en secreto todos y cada uno de los momentos que dejaron huella en mi y, sonriendo, pensé también que esos recuerdos se repetirían cada vez que mirásemos aquella estrella, que los reservaría sólo para nosotros, apareciendo ahí, tras mi ventana, en el cielo negro de todas las noches, como alumbrando nuestro camino. Y es que yo soy así, y por eso tenía la seguridad de que tú estarías mirando la misma estrella que yo, viendo pasar aquellos recuerdos ante tus ojos, y sonriendo. Y por fin, las lágrimas cesaron y me quedé ahí toda la noche mirando nuestra estrella, viviendo mi feliz mentira. Pero feliz, al fin y al cabo.

lunes, 18 de junio de 2012

Devastador.


-Hola. Oye, ¿te ocurre algo?
Al oír aquella voz tan conocida y querida levantó la vista, aún con lágrimas en aquellos ojos verdes, intensos y apenas pudo decir un "él" que se quedó flotando en el aire.
-¿Cómo?
-Ha pasado él. Y ha sido como un terremoto en mi vida, ¿sabes? Él... Él y su manía de ser tan perfecto.
Contestó esta vez con más fuerza, aunque con su voz aún quebrada por una angustia y una tristeza provocada por un amor imposible.

domingo, 17 de junio de 2012

-¿Me quieres?
Y lo soltó así. Como en un respiro. Mirando hacia ninguna parte y con indiferencia. Apenas sabía qué contestarle. ¿La quería?
-Yo... no lo sé.
Estúpido. Ese es mi apellido. El Señor Estúpido, dispuesto a cagarla siempre que pueda. Pensé que se levantaría y saldría corriendo, que desaparecería en mitad de aquel bosque y no la volvería a ver. Eso es lo que haría cualquiera. Pero ella no era cualquiera. Y en lugar de eso, me regaló una de sus sonrisas.
-Una vez me dijeron que la vida había que vivirla, ¿sabes? Quiero decir, que no debemos preocuparnos por nada más que por seguir caminando con la persona indicada, pero que realmente nadie sabe si la persona con la que camina es aquella persona especial. Yo le he sacado mi propio sentido a la vida y mi persona indicada será quién comparta mi pensamiento. La vida está ahí. Es como un sólo y único camino que debemos seguir durante un tiempo todos hasta que de pronto, de ese camino empiezan a salir ramificaciones y cada uno debe tomar el camino que crea conveniente. Yo tomo mis caminos y decisiones guiándome por el corazón y pienso que si he llegado hasta aquí contigo, será porque eres importante de una manera u otra en mi vida.
Se quedó ahí mirando la Luna que era tan hermosa como ella.
-¿Puedo serte sincero? Nunca he tomado ningún camino en mi vida sintiendo que tenía que tomarlo, lo meditaba una y otra vez hasta que lo tomaba. Has sido la única cosa improvisada en mi vida. Y estoy empezando a pensar que las cosas que vienen sin pensarlo son las más acertadas.
Y allí nos quedamos los dos, mirando un largo camino que recorreríamos juntos.

sábado, 9 de junio de 2012

He muerto esperándote.

¿Conoces esa sensación de angustia que provoca ese "no sé qué me pasa"?

Cuando se te atascan las palabras en la garganta, aferrándose a ella para no salir. Y eso mismo es lo que te produce esa sensación angustiosa, ese nudo, esas ganas de llorar. Cuando te sientes triste, derrotada, tocada y hundida. Cuando no ves nada bueno y sientes como te tiemblan las piernas, avisándote que vas a caer una vez más. Y entonces es cuando te preguntan si te ocurre algo y tú te quedas callada mirando hacia ningún sitio durante un instante y de repente, te giras con una sonrisa y respondes ese "estoy bien" que tanto te cuesta decir. Ni si quiera sabes el por qué de esa mentira. Al igual puede que sea porque no tienes ni la más remota idea de por qué estás así. Aunque en el fondo lo sepas. Y es entonces, en ese preciso instante, cuando dices que estás bien, algo ocurre en tu interior, algo recorre tu cuerpo hasta llegar a tus ojos y sale en forma de lluvia precepitándose por tu cara. Y cada gotita tiene la misma palabra grabada innumerables veces "amor". Y en cada respiración costosa que sueltas, cada latido acelerado, cada llanto desesperado, vuelven los mismos recuerdos, una y otra vez, como castigándote porque un día no fuiste suficiente para alguien.
Pero paras de llorar y te secas las lágrimas.
¿Bueno? No lo creo, si el motivo por el que paras de llorar es porque no quieres que las lágrimas borren de tu cara sus besos.

Dulce locura.

Dulce locura.