Cuando ese momento llega, sin tu esperártelo, sientes que caes al vacío. No esperes que nadie se vaya a tirar después de ti para salvarte, si lo hace alguien, suerte que has tenido, pero siempre espérate lo peor: las personas no siempre son como esperas.
Cuando esto pasa, lo único que puedes hacer es mirar hacia delante y sacarle el lado bueno, y si no lo hay, inventarlo. Mira hacia delante y fíjate que hay un camino por seguir, que puede que estés solo, pero ese camino te guiará hasta tu destino. Ese destino que cuesta tanto de conseguir pero que con empeño, se puede encontrar, porque nada en esta vida es imposible, es costoso, pero no imposible. Y lo que hace las cosas costosas es el miedo a fracasar. Así que intenta no tropezar, y si tropiezas, procura tener a alguien a tu lado para que te levante, y si esto tampoco es así, levántate tú solo sin temores ni tristeza alguna, porque nunca olvides que
siempre hay alguien esperándote al final del camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario