miércoles, 26 de junio de 2013

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Llevo desde los diez años escribiendo. No tengo ni libro ni canción favorita. Tampoco tengo ninguna virtud que cabe destacar ni nada fuera de lo normal. Cuando me inspiro, cojo lo que sea para escribir y lo suelto todo. Dudo que más de 5 personas conozcan este blog. Tengo casi dieciséis años y justamente hoy me he dado cuenta de que no escribo más que tonterías: historias de amor que acaban mal, que acaban bien o que ni si quiera acaban. Jamás he escrito sobre las injusticias de este mundo o sobre las cosas del día a día, ya sabéis, la rutina de todo ser humano. Eso que apreciamos cuando ya no está. Quiero decir, ¿quién te asegura que mañana los volverás a ver? A los tuyos, digo. ¿Qué padre puede saber con toda seguridad que al despertarse para ir a trabajar sus hijos seguirán ahí durmiendo? ¿Qué persona, ya sea padre, hermano, hijo, sobrino o amigo, puede saber a ciencia cierta que jamás se quedará solo? ¿Acaso sabéis cuando los vais a perder? 

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Dulce locura.

Dulce locura.