miércoles, 12 de marzo de 2014

Muriendo de hambre, tirado por la calle intentando recordar cómo llamarte. 

Abracé tu sombra, que me dejaste como un regalo amargo. 
Como decir "ya no te quiero, pero te dejo esto, pa' que duela."

A veces se acercan cuervos y me dicen que te olvide, ¿sabes?
Y me lo pienso, hasta que paso por tu casa.
 Las sombras no se abrazan,
 atormentan.
Aunque si se alejan, duelen. 
Como todo.

Espero algo que me haga soñar,
por si algún día me da por despedir al insomnio y tengo alguna pesadilla. 

Y para no morir de hambre, pegaré un bocao' al aire. A ver si alimenta algo 
esta polución. 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dulce locura.

Dulce locura.