martes, 10 de octubre de 2017

-sobre los sepultureros y sus sueños-

Y cuando volvió la vista atrás,
-no crean que vio "la senda que nunca se ha de volver a pisar"-,
pensó que todo lo recorrido,
todos aquellos caminos abandonados, 
teñidos del olvido 
que él tanto temía,
tejidos con sus sueños y supersticiones,
habían quedado en nada. 
Apenas un par de ladrillos le frenaban y sin embargo
no era capaz de emprender
otra huida.

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Dulce locura.

Dulce locura.