domingo, 20 de enero de 2013

Odio hasta el puto lado de la cama en el que te acurrucabas.
Me solía girar para asegurarme de que aún estabas ahí, mirándome de reojo con inseguridad que no debías tener.
Es que tú eras capaz de comerte el mundo con la mirada, ¿sabes? Me devorabas a mi entera. Me desnudabas sin apenas tocarme. 
Solías besarme con la mirada.
¿Alguien capaz? 
Mutilaré a los farsantes que intenten ocupar tu lugar de la cama y vagamente te imiten, produciendo risa. Porque más que mariposas, lo que dejaste en mi barriga fueron larvas que se alimentan de unos resquicios de tu olor en mi colchón. 
Odio hasta el puto lado de la cama en el que te acurrucabas.
Y me la pela que ya no estés, la verdad. O no. ¿Yo qué mierda sé? 

1 comentario:

  1. Lo que te corroe
    solo lo creo
    tu corazón
    desgarrado
    o almenos eso creo yo,
    no soy nadie para juzgar
    asi que no me tegas encuenta
    Pero el dolor
    no se va con mas dolor
    aveces solo sales del abismo
    mirando al cielo.

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Dulce locura.

Dulce locura.