miércoles, 4 de enero de 2012

"La desesperación infunde valor al cobarde. "




¿Qué tal estás? Me han dicho que te han visto por ahí llorando por los rincones, escondiéndote de todas las miradas...
Bueno supongo que no querrás hablar de esto, pero quería decirte que estoy aquí, ¿sabes?, sé que no soy ella, ni pretendo serlo, simplemente, estoy aquí.
¿Hay alguien ahí?
Supongo que sí y no. Porque aunque siempre esté aquí para ti, tú sólo estarás para ella. Sé lo que se siente. Cuando ves como se va y tú, tú esperas que pare, se gire lentamente y vea tu rostro descompuesto e hinchado por las lágrimas, pero en lugar de eso, sigue andando y cada vez más rápido, hasta que tienes la sensación de que hecha a correr. Ya no puedes más, entonces eres tú quién corre detrás y se crea esa sensación de deja-vu, ya que ya no puedes contar las veces que te has despertado sudando, fatigada por correr tan deprisa detrás de ese culo que se marcha y de repente, te das cuenta de que es una pesadilla. Una jodida pesadilla. Entonces te das cuenta de que la pesadilla se ha hecho realidad. De que por mucho que corras detrás suya nunca la alcanzarás, pero tú sigues corriendo y disfrutas hasta el último segundo de su olor.
Sí, sé muy bien lo que es sentir eso.
Te recuerdo que una vez me pasó contigo.

Aunque a ti no te importe, aunque no lo recuerdes, aunque ahora sepas perfectamente que te quiero y que nunca dejé de correr detrás de tu olor, sin alcanzarlo. Siempre sin alcanzarlo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dulce locura.

Dulce locura.