miércoles, 12 de septiembre de 2012

Luché contra el amor hasta que entendí que quererte era mi única opción. 
Recorrí calles de una ciudad con edificios grises, con un cielo más bien negro que se cierne sobre cada uno de sus habitantes, que se miran unos a otros extrañados de ver a alguien corriendo sin ningún motivo. 
Me giré esperando encontrar una mariposa aleteando alrededor mía, susurrándome que no tuviese miedo, que continuara hacia delante. 
Un gato. Supuse que estaba triste por algo, sus ojos lo delataban. ¿Debía avanzar o agacharme para impulsarme hasta el cielo? ¿Llegaría lo suficientemente alto? 
"En mi cielo hacia el crepúsculo" como un tal Pablo dijo en no sé qué libro, esperando el batir de un pestañeo infinito, de un corazón moribundo con complejo de cuco.
Voz potente. Retumbaba y se quedaba flotando en el aire que respirábamos lentamente, como si fueran nuestros últimos momentos juntos. 

Quisimos querernos tanto que se nos olvidaron los sentimientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dulce locura.

Dulce locura.