sábado, 14 de abril de 2012

-Te despertaré a besos por las mañanas sólo para que tu voz sea lo primero que oiga al levantarme, te abrazaré durante horas y horas sin soltarte sólo para que recuerdes que no me voy a ir a ningún lado sin ti, te recordaré todos los días lo mucho que te necesito sólo para que no lo olvides jamás, te querré incondicionalmente sólo por ser quien eres. Simplemente, déjame formar parte de tu vida. No pido más.
-Sí. Ya me sé la historia... y luego, te cansarás de mi y no querrás volver a despertarme a besos por las mañanas, ni querrás abrazarme ni recordarme lo que me quieres y me necesitas. Luego, todo lo que has dicho será el recuerdo de otra perfecta mentira protagonizada por otro perfecto mentiroso.
-O también puede ser que te quiera todos los días de mi vida. Pase lo que pase. Incondicional e inacabable. Ya sabes, esa palabra que se oye mucho por ahí pero que esta vez es cierta... Infinito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dulce locura.

Dulce locura.